jueves, 30 de noviembre de 2023

!Viva Cristo Rey!

 El domingo pasado durante la celebración de Cristo Rey y en uno de los días más felices de mi vida y luego de más de 20 años de relación con los Legionarios de Cristo, decidí aceptar la invitación de Jesús a ser su amigo y su apóstol y me asocié a la Federación Regnum Christi.

Ese domingo renové lo que hace unos 15 años encontré que era mi propósito personal que es la búsqueda de mi santidad y esta la quiero llevar a cabo a través del apostolado, para que Dios reine en mi corazón. 

Este camino no es para hombres perfectos, que no existen, sino para pecadores como Yo, que quieren cambiar, convertirse, asimilar y vivir de manera diferente y por eso me comprometí a crecer en la amistad con Cristo, que se logra estando en gracia de Dios por medio de la oración y los sacramentos; a vivir las virtudes evangélicas de la pobreza, la obediencia filial y la pureza en pensamientos y acciones, compromiso que encuentro complejo, pero le pondré todas las ganas.

Me comprometí a cumplir los deberes propios de mi estado de vida, con amor y honestidad y como un servicio a Dios y a los demás; a formarme como ser integral y forjar mi liderazgo cristiano; a emprender y participar en iniciativas apostólicas; a profesar un amor fiel y operante a la Santa Iglesia, al Papa y a los demás obispos y a ofrecer mi oración, talentos, tiempo y haberes para colaborar en la misión del Regnum Christi al servicio de la Iglesia.

Como se puede inferir, es un compromiso serio y no fácil de cumplir para una persona común y corriente como es mi caso. Sin embargo, lo asumo con todas las ganas, tomando mi cruz y siguiendo a Cristo.

En el rito recibí además de la cruz, la biblia que es la palabra de Dios y de la que con regularidad comparto el evangelio del día en Facebook y esto no lo hago, así como no publico este texto, para que la gente vea como trato de acercarme a mi santidad o lo bueno que soy, lo hago únicamente para intentar contagiar a otros, haciéndoles ver que si alguien tan imperfecto como yo, puede tomar este camino, cualquiera puede hacerlo.

La palabra de Dios nutre nuestras vidas, nos guía con su luz hacia la vida eterna y por eso trato de llevarla generosamente a todos quienes la quieran leer, a través de las redes sociales.


Esta asociación que llevé a cabo el domingo pretende hacer presente el Reino de Cristo en los corazones y en la sociedad y yo quiero aportar mi grano de arena al respecto, colaborando para que las palabras de Jesucristo no se pierdan y que su mensaje de salvación llegue a los hombres, viviendo de tal forma que ojalá con quienes interactúe reconozcan a Dios y lo glorifiquen y que deseen participar de la fe de la Iglesia con su testimonio.

Un agradecimiento eterno a mi esposa y a mis hijos, pues es en la familia donde paradójicamente resaltan más mis imperfecciones y le pido a Dios que me llene del Espíritu Santo para ser un mejor esposo y padre y así glorificar a Dios a través del amor.

domingo, 27 de agosto de 2023

Mi mensaje para las nuevas generaciones - Palabras en el acto de graduación de las especializaciones de gerencia de proyectos de servicios con TIC y gerencia de proyectos de construcción e infraestructura de la Universidad del Rosario

 

Nos ha correspondido vivir la época en la que se presentan de manera simultánea la mayor cantidad de cambios en la historia de la humanidad reciente. Estamos viviendo un cambio en el orden económico mundial, en el que presenciamos el ocaso del sistema capitalista, tras haber visto el fracaso del comunismo y sin tener claridad de cuál será el nuevo orden predominante, quizás el de los estados descentralizados

Estamos viviendo la paradoja, advertida por Obama en la que, si bien la globalización y el avance tecnológico han mejorado la calidad de vida promedio en los últimos 70 años, la brecha de equidad se ha ampliado en el mundo, convirtiéndose en el principal desafío para la democracia. 

No nos imaginábamos hace cinco años el vivir una pandemia como la del covid, que dio lugar además de innumerables muertes, a problemas enormes de salud mental tras el aislamiento y creó lo que algunos llaman la economía de bajo contacto. Que decir de vivir en pleno siglo 21 una guerra como la que estamos presenciando entre Rusia y Ucrania. 

El cambio climático que puede devastar nuestro planeta entero. Una potencial recesión acompañada de un fenómeno de inflación global y la cuarta revolución industrial que dejó atrás los factores clásicos de la teoría económica y dio lugar a que la información sea hoy el principal factor de producción, dejando relegados a la tierra, el capital y el trabajo. En un mundo cada vez más controlado por los algoritmos y la IA, el ser humano va perdiendo su autonomía. 


Tal como asegura Byun -Chul Han, la información por sí sola no ilumina el mundo, incluso puede oscurecerlo. La información circula ahora sin referencia alguna a la realidad. La eficacia ha sustituido a la verdad. Las fake news son informaciones que pueden ser más efectivas que los hechos. La verdad en cambio es fáctica, durable y constante y es el cimiento de nuestra existencia. La verdad es aquello que no podemos cambiar en nuestro espacio. 

Hoy están desapareciendo las prácticas que requieren tiempos considerables. La verdad requiere de tiempo. Tenemos que sobrepasar la excitación y la emocionalidad que dominan la comunicación en nuestros días y buscar el tiempo para estabilizar la vida humana. La confianza, la responsabilidad, la fidelidad, el compromiso y los deberes son prácticas que requieren de mucho tiempo. La contemplación detenida de las cosas, la atención sin intención que genera felicidad se pierde cuando corremos detrás de la información sin alcanzar un saber. Tomamos nota de todo sin obtener un conocimiento. Nos comunicamos con todos, pero no creamos comunidades. Hacemos amigos y seguidores, sin siquiera encontrarnos con ellos.

Una ceremonia de graduación como la que hoy nos convoca, tiene que ver por definición con una ordenación o disposición de unos graduandos según diferentes grados o niveles, esperando un crecimiento de manera gradual. Así, es motivo de felicitación y orgullo para quienes hoy reciben el grado, pero también de felicitación para la Universidad que los gradúa, pero tal vez más relevante aún, es una responsabilidad, la de pertenecer a una élite privilegiada que ha podido acceder a la educación y trabajos de alta calidad, como la ofrecida por la Universidad del Rosario. Tenemos entonces hoy, señores graduandos la obligación de pensar en los retos y oportunidades que se nos abren en esta nueva calidad.

En materia de retos yo distingo dos en particular. El reto ético, en el que cambiemos la forma en que generalmente nos comportamos en nuestras vidas, victimizándonos en quienes nos representan en un modelo ético que nos lleva a vernos como sistemas que reaccionan frente a las circunstancias externas del entorno y asi, culpamos a quienes nos representan, alcaldes, rectores, profesores, presidentes, por un modelo ético participativo, en el que entendamos que además de las entradas al sistema que representan las circunstancias, tenemos unos principios, valores y creencias, que si los sumamos usando nuestra conciencia a las circunstancias, nos van a permitir elegir como nos queremos comportar y en que nos queremos convertir frente a los hechos. Los invito a protagonizar de hoy en más sus propias vidas. 

El otro reto, al que llamo educativo, tiene que ver con la responsabilidad incondicional de devolverle a la sociedad de la que nos hemos nutrido, y de la que hemos gozado de manera privilegiada con la educación como la recibida, una evangelización para que de manera más equitativa otros puedan comprender cómo está cambiando el mundo y logren desarrollar capacidades para sobrevivir en esta nueva economía y no sean víctimas del darwinismo digital imperante en nuestra época.

Tenemos también el reto de entender al ser humano del futuro, aquel que está dejando de ser un homo faber como el de la era industrial y está pasando a ser un homo ludens que no quiere poseer nada, sino quiere experimentar y disfrutar. Como no tratará con cosas, ya no desarrolla actividades. Elegirá en lugar de actuar. En los siglos pasados, ser libre significaba no ser un esclavo. En el nuestro ser libre tiene que ver con la autonomía del sujeto y esa libertad de acción hoy es de elección y consumo. 

La renta básica y los videojuegos pueden ser el pan y circo de Juvenal en nuestra época. 

Nuestro reto es asegurar nuestra libertad. Este ser del futuro es egocéntrico y se apoya en el smartphone, a través del cual el mundo parece estar digitalmente a su entera disposición. El siguiente paso será la conversión del mundo en imágenes que produzcan una realidad hiperreal y esto parece ser lo que ahora llamamos el metaverso. Tengamos cuidado de que el teléfono se nos convierta en aparato de sumisión. También dice Byun que la IA no puede pensar porque no se le pone la piel de gallina. Le falta la dimensión afectivo-analógica.

Inteligencia significa elegir entre (inter-legere). La IA solo elige entre opciones dadas de antemano. El pensamiento engendra un mundo nuevo, despeja e ilumina el mundo. Tenemos entonces el reto de pensar. Según Deleuze la filosofía comienza con hacerse el idiota, despidiéndose de todo lo que ha sido, para saltar a lo no transitado. Tenemos el reto de hacer silencio, para lograr las experiencias de la presencia. Tenemos el reto de escuchar, para prestar atención sin reservas al otro. Tenemos el reto de ver con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos. Lo sagrado está ligado al silencio. El consagrar parte de cerrar ojos y boca, para escuchar, que es la actitud religiosa por excelencia. El silencio es lo que redime.

Apreciados graduandos, tienen la oportunidad de utilizar la potencia que tienen a partir de ahora, para que esa energía transforme las posibilidades en realidades. La tarea es lograr que su intelecto se realice a partir de un principio de autonomía y de conocimiento útil y no dogmático.  

Tenemos el deber de reconectar la producción de conocimiento y tecnología con las necesidades de la sociedad y no solo con la maximización de ganancias de las empresas. 

Tenemos que volver a considerar al humanismo como la afirmación de la libertad y la potencia del hombre. De lo que se trata, es de liberar al conocimiento y la tecnología del afán del capitalismo salvaje y construir una inteligencia colectiva fundada sobre condiciones de solidaridad. 

Su responsabilidad es inventar otro modelo basado en la utilidad y no en el valor, que la nueva plataforma social y tecnológica busque la autonomía del intelecto general y que despliegue el valor de su uso. 

Tenemos que derrotar la modernización basada en la competencia económica y la agresión militar.  El culto a la competencia debe ser reemplazado por el culto a la solidaridad y la cooperación.

En 2013 la renuncia del Papa Benedicto XVI significó el fracaso del intento de someter los instintos salvajes del capitalismo global, pero esta admisión de su impotencia fue al tiempo la señal más importante de grandeza y fortaleza, dando lugar al Papa Francisco quien abandonó el discurso de la esperanza, pero traduce la desesperanza en términos de misericordia, compasión y amistad.

Su reto graduandos, y nuestra esperanza es la de crear solidaridad entre los trabajadores cognitivos del mundo y construir una plataforma de colaboración que nos permita liberar al conocimiento de dogmas económicos y políticos.

Tenemos una posibilidad de emancipación, enriquecimiento y paz, a partir de la cooperación de los trabajadores del conocimiento, el uso adecuado de la tecnología al servicio de la humanidad, la sustitución de todo el trabajo posible por tecnología, siempre que destinemos las energías sociales de los trabajadores a los ámbitos del cuidado, el autocuidado y la educación.

La redistribución de la riqueza, la igualdad, la sobriedad, la solidaridad y la amistad son clave en una transformación cultural posible y necesaria tal como afirma Franco Berardi, filósofo italiano. 

A partir de la evolución tecnológica estamos llegando a una posible economía de abundancia con el aumento de la productividad que trae la tecnología. Esa abundancia debería distribuirse de una manera distinta a como está en nuestros días.

El futuro no está prescrito sino inscrito, lo que supone seleccionarlo y extraerlo a través de un proceso de interpretación. Su responsabilidad hoy como graduandos, es tal interpretación. Mil felicitaciones.

viernes, 12 de mayo de 2023

La nueva economía y el futuro de los servicios financieros – Fintechs de siguiente generación

 

Antes de hablar del futuro de los servicios financieros, debemos hacer consciencia de que esta tercera década del siglo XXI representa la de mayores cambios convergentes en la historia reciente de la humanidad. El primer gran cambio que afectará la industria financiera es el cambio en el orden económico mundial

Estamos presenciando el ocaso del sistema capitalista y su resquebrajamiento dará lugar a un nuevo paradigma post – capitalista, en el que no necesariamente el nuevo orden será comandado por China y el yuan como moneda de referencia como muchos analistas predijeron y si fuese así, creo que este orden chino no duraría ni siquiera una década. Apuesto más a lo que algunos autores llaman la Sociedad del Cero Costo Marginal (Zero Marginal Cost Society) con nuevos modelos de gobierno basados en el concepto de futarquía propuesto por Robin Hanson y con la aparición antes de 2028 de las DAO (Organizaciones autónomas descentralizadas en la Web3) políticas, con nuevas plataformas de gobierno basadas en tecnologías renovables y las primeras naciones descentralizadas (Network States) con sus propias monedas, ciudadanos y territorios distribuidos por el mundo físico y por el metaverso y con capacidades de acción colectiva. 

 Estas naciones descentralizadas constituirán el nuevo orden económico mundial y seguramente serán reconocidas por las Naciones Unidas, gozando de soberanía y un grado total de autonomía descentralizada apoyada en una carta magna cryptographica, a manera de constitución.

El segundo gran cambio al que me referiré para analizar el futuro de la industria financiera, tiene que ver con el aumento de la brecha de equidad en el mundo. Tal como lo anunció Barack Obama a su salida de la presidencia de los Estados Unidos, estamos viviendo la paradoja en la que, si bien la globalización y el avance tecnológico han mejorado la calidad de vida promedio en los últimos 70 años, la brecha de equidad ha aumentado y ha aparecido una generación de jóvenes que se quieren devolver y que se sienten sobrantes y rechazan nuestro ordenamiento económico y político. Mi propósito de vida tiene que ver con el cierre de esa brecha en Latinoamérica, una de las regiones más desiguales del planeta.

El tercer cambio se produce a partir de la cuarta revolución industrial, que acabó de plano con la teoría económica tradicional, en la que se sostenía que los factores de producción eran la tierra, el capital y el trabajo, e introdujo un nuevo factor preponderante que es la información, dando origen a la economía digital, acelerada por la pandemia.

Esta es la economía de la abundancia, en la que los seres humanos dejan atrás el afán de poseer y ahora prefieren ser, experimentar y acceder a recursos que no son de su propiedad y en los que la clave es compartir y apalancarse. En esta nueva economía surge el fenómeno de las startups de base tecnológica, las fintechs y las organizaciones exponenciales, ExO, que crecen tan rápidamente, y que se basan en la experimentación, la autonomía, lo social y son organizadas con personal por demanda, activos apalancados, gobernadas por algoritmos y con el compromiso de su gente con el propósito de la empresa como factor de atracción y retención del talento, llevando a la necesidad para las empresas del siglo XX a desarrollar una capacidad de adaptación de mayor velocidad que el cambio tecnológico y la evolución en el comportamiento del consumidor, so pena de quedarse fuera del juego en un proceso de selección natural, conocido como el darwinismo digital.

En el caso de la industria financiera, se configura entonces un nuevo ecosistema a partir de la evolución del comportamiento de los consumidores, que ahora están permanentemente conectados entre si y a las redes sociales, exigen servicios de mayor calidad y que estén en línea con su propósito, dejando de ser consumidores periódicos para convertirse en continuos.

Así la primera disrupción de la industria la protagonizaron las Fintech, con mayor transparencia que sus antecesores bancarios, con precios dinámicos y ofertas personalizadas y contextuales, con productos y procesos 100% digitales y apelando a la desintermediación como parte de su propuesta de valor. 

Hoy vivimos una segunda disrupción financiera, protagonizada por las Bigtechs como Apple, quienes tienen grandes volúmenes de datos, toda la tecnología y el potencial de escalar desde sus negocios de base y que están impactando la industria, aumentando la transparencia, bajando las barreras de entrada en los mercados de personas de menores ingresos, con un mejor y más confiable servicio, productos a la medida y mejor ajustados al riesgo de cada cliente.


Esto se traduce en un cambio en la propuesta de valor, que ya no reside en las transacciones, sino en el acompañamiento del cliente a lo largo de su ciclo de vida. Los clientes se le movieron a la industria financiera, no van al banco, y hoy interactúan en ecosistemas líquidos como el de movilidad inteligente, vida saludable, hogares seguros o escudos empresariales, implicando que la oferta de valor ya no resida en los productos, sino en relaciones integrales con los clientes y los actores de los ambientes donde estos viven, interactúan y se mueven. De otra parte, la digitalización y la analítica están promoviendo una fragmentación en la cadena de valor financiera que genera nuevos modelos de negocios, basados en plataformas y marketplaces, con un nivel de hiper personalización sin precedentes.               

La tercera disrupción en esta industria, que estamos viviendo ahora y que marcará el futuro de las Fintech y de los servicios financieros, está direccionada por la descentralización que posibilita la Web3 y que generó el movimiento de finanzas descentralizadas, DeFi. La nueva economía es la economía de los usuarios, gestionada por tokens. Estamos pasando del mundo de la propiedad centralizada y la intermediación, al mundo de todos como propietarios.

Imagínese que un activo como el dinero pueda ser, en una transacción, pausado, editado o fluir continuamente. Podemos entonces programar las transacciones y utilizando tecnologías que no necesitan confianza (trustless) como blockchain y que son seguras a partir de bases de datos distribuidas y criptografía, des intermediar la industria y lograr que el usuario sea el banco y se “gane” el tradicional margen de intermediación. Así, o la industria encuentra nuevos modelos de negocios y nuevas propuestas de valor o terminará en el proceso de selección natural que mencioné antes como el darwinismo digital.

El fallido fenómeno de transformación digital no ha resuelto el desafío de la nueva economía en la industria de servicios financieros. No bastó con introducir tecnología digital para mejorar la productividad, la experiencia del cliente y las fuentes de ingresos existentes, sin retar el modelo de negocios. No sirvió la generación de capacidades digitales, sin generar capacidades de liderazgo para lo digital, transformando las organizaciones, las culturas y las personas.

Las instituciones “tradicionales” y las Fintech que quieran ser relevantes y exitosas en esta tercera ola de disrupción de la industria financiera, deberán

desarrollar capacidades empresariales orientadas a una nueva y potente experiencia digital de los clientes, incluyendo entender el comportamiento de sus consumidores en esta nueva economía digital, re diseñando los procesos de atracción y retención de clientes, desarrollo de productos y servicios digitales y la capacidad de que la empresa sea orientada por el conocimiento, es decir que tome decisiones basadas en las evidencias de los datos y no en las hipótesis de quienes las administran. También deben generar capacidades para convertirse en organizaciones líquidas, entre otras la capacidad de automatización inteligente, que convierta su knowhow y procesos en propiedad intelectual escalable (activos digitales), la transformación organizacional, la transformación cultural y personal y la de arquitectura tecnológica digital. 

Para lograrlo, mi propuesta parte de retar el modelo de negocios desde la estrategia, entendiendo que estrategia es lo que se hace y no lo que se piensa, es decir, la estrategia es una serie de decisiones de ejecución en cascada que inician con re plantear su aspiración ganadora, su cancha de juego (geografías, segmentos de cliente, portafolio de productos y distribución), el cómo

ganar (la propuesta de valor) para jugar a ganar y no jugar por jugar y luego entender y priorizar las capacidades necesarias y cómo medirlas y gestionarlas. Trazada esa hoja de ruta, que llamo la iluminación estratégica, se puede acudir a la innovación digital abierta con otros actores en su ecosistema y aquellos prototipos que pasen la fase de producto mínimo viable, pueden ser escalados a toda la organización usando paradigmas del pensamiento ágil.

Podemos concluir que la nueva economía está cambiando profundamente a la industria financiera y que lo importante es estar conscientes, ser proactivos y estar presentes trabajando en desarrollar su estrategia para esta nueva economía.