domingo, 27 de agosto de 2023

Mi mensaje para las nuevas generaciones - Palabras en el acto de graduación de las especializaciones de gerencia de proyectos de servicios con TIC y gerencia de proyectos de construcción e infraestructura de la Universidad del Rosario

 

Nos ha correspondido vivir la época en la que se presentan de manera simultánea la mayor cantidad de cambios en la historia de la humanidad reciente. Estamos viviendo un cambio en el orden económico mundial, en el que presenciamos el ocaso del sistema capitalista, tras haber visto el fracaso del comunismo y sin tener claridad de cuál será el nuevo orden predominante, quizás el de los estados descentralizados

Estamos viviendo la paradoja, advertida por Obama en la que, si bien la globalización y el avance tecnológico han mejorado la calidad de vida promedio en los últimos 70 años, la brecha de equidad se ha ampliado en el mundo, convirtiéndose en el principal desafío para la democracia. 

No nos imaginábamos hace cinco años el vivir una pandemia como la del covid, que dio lugar además de innumerables muertes, a problemas enormes de salud mental tras el aislamiento y creó lo que algunos llaman la economía de bajo contacto. Que decir de vivir en pleno siglo 21 una guerra como la que estamos presenciando entre Rusia y Ucrania. 

El cambio climático que puede devastar nuestro planeta entero. Una potencial recesión acompañada de un fenómeno de inflación global y la cuarta revolución industrial que dejó atrás los factores clásicos de la teoría económica y dio lugar a que la información sea hoy el principal factor de producción, dejando relegados a la tierra, el capital y el trabajo. En un mundo cada vez más controlado por los algoritmos y la IA, el ser humano va perdiendo su autonomía. 


Tal como asegura Byun -Chul Han, la información por sí sola no ilumina el mundo, incluso puede oscurecerlo. La información circula ahora sin referencia alguna a la realidad. La eficacia ha sustituido a la verdad. Las fake news son informaciones que pueden ser más efectivas que los hechos. La verdad en cambio es fáctica, durable y constante y es el cimiento de nuestra existencia. La verdad es aquello que no podemos cambiar en nuestro espacio. 

Hoy están desapareciendo las prácticas que requieren tiempos considerables. La verdad requiere de tiempo. Tenemos que sobrepasar la excitación y la emocionalidad que dominan la comunicación en nuestros días y buscar el tiempo para estabilizar la vida humana. La confianza, la responsabilidad, la fidelidad, el compromiso y los deberes son prácticas que requieren de mucho tiempo. La contemplación detenida de las cosas, la atención sin intención que genera felicidad se pierde cuando corremos detrás de la información sin alcanzar un saber. Tomamos nota de todo sin obtener un conocimiento. Nos comunicamos con todos, pero no creamos comunidades. Hacemos amigos y seguidores, sin siquiera encontrarnos con ellos.

Una ceremonia de graduación como la que hoy nos convoca, tiene que ver por definición con una ordenación o disposición de unos graduandos según diferentes grados o niveles, esperando un crecimiento de manera gradual. Así, es motivo de felicitación y orgullo para quienes hoy reciben el grado, pero también de felicitación para la Universidad que los gradúa, pero tal vez más relevante aún, es una responsabilidad, la de pertenecer a una élite privilegiada que ha podido acceder a la educación y trabajos de alta calidad, como la ofrecida por la Universidad del Rosario. Tenemos entonces hoy, señores graduandos la obligación de pensar en los retos y oportunidades que se nos abren en esta nueva calidad.

En materia de retos yo distingo dos en particular. El reto ético, en el que cambiemos la forma en que generalmente nos comportamos en nuestras vidas, victimizándonos en quienes nos representan en un modelo ético que nos lleva a vernos como sistemas que reaccionan frente a las circunstancias externas del entorno y asi, culpamos a quienes nos representan, alcaldes, rectores, profesores, presidentes, por un modelo ético participativo, en el que entendamos que además de las entradas al sistema que representan las circunstancias, tenemos unos principios, valores y creencias, que si los sumamos usando nuestra conciencia a las circunstancias, nos van a permitir elegir como nos queremos comportar y en que nos queremos convertir frente a los hechos. Los invito a protagonizar de hoy en más sus propias vidas. 

El otro reto, al que llamo educativo, tiene que ver con la responsabilidad incondicional de devolverle a la sociedad de la que nos hemos nutrido, y de la que hemos gozado de manera privilegiada con la educación como la recibida, una evangelización para que de manera más equitativa otros puedan comprender cómo está cambiando el mundo y logren desarrollar capacidades para sobrevivir en esta nueva economía y no sean víctimas del darwinismo digital imperante en nuestra época.

Tenemos también el reto de entender al ser humano del futuro, aquel que está dejando de ser un homo faber como el de la era industrial y está pasando a ser un homo ludens que no quiere poseer nada, sino quiere experimentar y disfrutar. Como no tratará con cosas, ya no desarrolla actividades. Elegirá en lugar de actuar. En los siglos pasados, ser libre significaba no ser un esclavo. En el nuestro ser libre tiene que ver con la autonomía del sujeto y esa libertad de acción hoy es de elección y consumo. 

La renta básica y los videojuegos pueden ser el pan y circo de Juvenal en nuestra época. 

Nuestro reto es asegurar nuestra libertad. Este ser del futuro es egocéntrico y se apoya en el smartphone, a través del cual el mundo parece estar digitalmente a su entera disposición. El siguiente paso será la conversión del mundo en imágenes que produzcan una realidad hiperreal y esto parece ser lo que ahora llamamos el metaverso. Tengamos cuidado de que el teléfono se nos convierta en aparato de sumisión. También dice Byun que la IA no puede pensar porque no se le pone la piel de gallina. Le falta la dimensión afectivo-analógica.

Inteligencia significa elegir entre (inter-legere). La IA solo elige entre opciones dadas de antemano. El pensamiento engendra un mundo nuevo, despeja e ilumina el mundo. Tenemos entonces el reto de pensar. Según Deleuze la filosofía comienza con hacerse el idiota, despidiéndose de todo lo que ha sido, para saltar a lo no transitado. Tenemos el reto de hacer silencio, para lograr las experiencias de la presencia. Tenemos el reto de escuchar, para prestar atención sin reservas al otro. Tenemos el reto de ver con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos. Lo sagrado está ligado al silencio. El consagrar parte de cerrar ojos y boca, para escuchar, que es la actitud religiosa por excelencia. El silencio es lo que redime.

Apreciados graduandos, tienen la oportunidad de utilizar la potencia que tienen a partir de ahora, para que esa energía transforme las posibilidades en realidades. La tarea es lograr que su intelecto se realice a partir de un principio de autonomía y de conocimiento útil y no dogmático.  

Tenemos el deber de reconectar la producción de conocimiento y tecnología con las necesidades de la sociedad y no solo con la maximización de ganancias de las empresas. 

Tenemos que volver a considerar al humanismo como la afirmación de la libertad y la potencia del hombre. De lo que se trata, es de liberar al conocimiento y la tecnología del afán del capitalismo salvaje y construir una inteligencia colectiva fundada sobre condiciones de solidaridad. 

Su responsabilidad es inventar otro modelo basado en la utilidad y no en el valor, que la nueva plataforma social y tecnológica busque la autonomía del intelecto general y que despliegue el valor de su uso. 

Tenemos que derrotar la modernización basada en la competencia económica y la agresión militar.  El culto a la competencia debe ser reemplazado por el culto a la solidaridad y la cooperación.

En 2013 la renuncia del Papa Benedicto XVI significó el fracaso del intento de someter los instintos salvajes del capitalismo global, pero esta admisión de su impotencia fue al tiempo la señal más importante de grandeza y fortaleza, dando lugar al Papa Francisco quien abandonó el discurso de la esperanza, pero traduce la desesperanza en términos de misericordia, compasión y amistad.

Su reto graduandos, y nuestra esperanza es la de crear solidaridad entre los trabajadores cognitivos del mundo y construir una plataforma de colaboración que nos permita liberar al conocimiento de dogmas económicos y políticos.

Tenemos una posibilidad de emancipación, enriquecimiento y paz, a partir de la cooperación de los trabajadores del conocimiento, el uso adecuado de la tecnología al servicio de la humanidad, la sustitución de todo el trabajo posible por tecnología, siempre que destinemos las energías sociales de los trabajadores a los ámbitos del cuidado, el autocuidado y la educación.

La redistribución de la riqueza, la igualdad, la sobriedad, la solidaridad y la amistad son clave en una transformación cultural posible y necesaria tal como afirma Franco Berardi, filósofo italiano. 

A partir de la evolución tecnológica estamos llegando a una posible economía de abundancia con el aumento de la productividad que trae la tecnología. Esa abundancia debería distribuirse de una manera distinta a como está en nuestros días.

El futuro no está prescrito sino inscrito, lo que supone seleccionarlo y extraerlo a través de un proceso de interpretación. Su responsabilidad hoy como graduandos, es tal interpretación. Mil felicitaciones.