miércoles, 29 de enero de 2025

STOP. De la economía industrial del siglo XX a la nueva economía del siglo XXI

 

De la economía industrial del siglo XX a la nueva economía del siglo XXI

 

Antes de hablar de la nueva economía y del quehacer empresarial para sobrevivir en la misma, vale la pena hacer un símil de lo que está pasando en el mundo, con la campaña en Australia para evitar accidentes por micro sueños en las interminables carreteras de ese país. La campaña se llama STOP, REVIVE, SURVIVE y tiene que ver con hacer un alto en el camino pues probablemente nos estemos quedando dormidos, luego tenemos que revivir, sacudiendo nuestra cabeza, bajándonos del carro por unos minutos, tomando agua, en fin, despejando nuestra mente y por último tenemos que sobrevivir siendo conscientes de que tenemos que cambiar hábitos para evitar los potenciales accidentes. En el mundo pasa hoy algo similar. Tenemos que hacer el pare, para darnos cuenta de que estamos viviendo la época de mayores cambios convergentes en simultáneo. Está cambiando el orden económico mundial pues estamos presenciando el ocaso del capitalismo salvaje y vendrá un nuevo orden económico global, sobre el que algunos economistas apuestan será dominado por el neo capitalismo chino, otros piensan que será un orden multipolar liderado por los mismos Estados Unidos, China, India, Brasil y otras potencias, y yo pienso que cualquiera de esos dos escenarios no durará una década y dará paso a un nuevo orden dominado por las naciones en red o descentralizadas, con ciudadanos de cualquier geografía, propiedades en cualquier lugar físico o digital, el metaverso, una cripto moneda no atada a un banco central y una constitución política quemada en un algoritmo Smart contract y ejecutada autónomamente sobre una red Blockchain que la hará inalterable y cuyo cumplimiento no dependerá de instituciones centralizadoras de un estado. Otro cambio relevante tiene que ver con el aumento de las desigualdades e inequidades en el mundo, en el que, si bien el avance tecnológico y la globalización han mejorado la calidad de vida de la gente, no han sido factores para hacer una sociedad más justa. La cuarta revolución industrial también introdujo un cambio enorme, al introducir un nuevo factor de producción, la información, que desplazó a los tres clásicos, la tierra, el capital y el trabajo, y acabó la teoría económica tradicional. Adicionalmente vivimos guerras que no imaginábamos volver a vivir, una pandemia con todas sus consecuencias, el cambio climático que puede generar una hambruna global, una potencial recesión global y para acabar de rematar, los cambios que vienen por cuenta del metaverso y la inteligencia artificial. Estamos llegando entonces a dos macro fenómenos en nuestra historia, como son la singularidad, el momento en que la inteligencia artificial y los robots sean más inteligentes que los humanos y, de otra parte, la sociedad del costo marginal cero, que es el momento en el que dada la hiper productividad alcanzada por la tecnología, producir un producto o servicio en cualquier categoría o industria, tendrá un costo marginal cero en términos agregados.

Estos cambios están dando como resultante, la aparición de una nueva economía, la economía digital que se caracteriza por ser una economía de abundancia, cuando paradójicamente fuimos educados con un pensamiento restringido y de escasez. Llegamos a la sociedad de las no cosas, como anticipo Byun Chul Han, el filósofo sur coreano, tal vez el más relevante en la post modernidad. A los jóvenes de las nuevas generaciones que son los protagonistas de esta nueva economía, no les interesa poseer cosas, les interesa más el experimentar y disfrutar. Estamos pasando de la sociedad del Homo Faber, educado para trabajar, a la del Homo Ludens, educado para jugar y experimentar. En esta economía es clave acceder a activos que no son de su propiedad, es clave compartir y resultan importantes las economías circulares.

De otra aparte y como ya lo anotábamos, esta es la economía en la que el factor de producción más relevante es la información. No existe una sola compañía relevante en esta nueva economía, que no tenga la “explotación” de la información en el core de su negocio. Finalmente, esta es una economía de pensar en grande, en la que los propósitos de transformación masiva de las empresas están derrumbando la teoría de la universidad del siglo XX en la que nos enseñaron que las compañías tenían por objeto el obtener ganancias para sus accionistas y hoy más bien pensamos en que en adición a ello, debemos buscar el bien común, incluyendo el de los colaboradores, y en general el de la sociedad de la que la empresa se ha nutrido. En esta economía el trabajo se está transformando y seguramente veremos desaparecer el contrato a término indefinido, y todos pasemos a ser agentes libres o freelancers que trabajaremos por proyectos para diferentes empleadores o para nosotros mismos. En etas condiciones de trabajo, la clave del éxito estará en lograr el compromiso de los colaboradores, a través de conectarlos con el propósito de la empresa y que a su vez ellos puedan honrar lo que verdaderamente les importa en lo profundo de sus seres.

Esta nueva economía ha dado lugar a un nuevo tipo de empresas que están liderando y disrumpiendo todos los sectores, las organizaciones exponenciales, DAOs, líquidas y brillantes. Empresas que piensan y crecen exponencialmente en base 10 (1, 10, 100, 1000, 1000000) y no linealmente como las del siglo XX.  Empresas digitales que han desmonetizado, desmaterializado y democratizado muchos negocios tradicionales. Son empresas liquidas, gestionadas con tableros de control, que toleran y promueven la experimentación e invitan a los colaboradores a equivocarse rápida y controladamente, que facultan a sus empleados de manera radical y logran personas y equipos autónomos, que le apuestan a lo social, que tienen empleados por demanda y no a término indefinido, que se mueven generando comunidades de valor con los mismos usuarios o clientes, que están gobernadas por algoritmos que aprenden y se ejecutan de manera autónoma e inmutable, Smart contracts, en los que se codifican las reglas del negocio y de gobierno, eliminando las burocracias, que se apalancan en activos de terceros y que crean movimientos tribales a partir del compromiso generado por la conexión de sus empleados con el propósito organizacional y el personal para cada uno y el colectivo.

Así entonces, esta nueva economía ha generado un fenómeno de darwinismo digital, que implica que aquellas empresas que no logren desarrollar una capacidad de adaptación, cuya velocidad sea mayor a la del cambio tecnológico y a la del cambio en el comportamiento de los consumidores hiper conectados, la anti fragilidad, podrá verse desplazada en un fenómeno de selección natural, tal como lo que les ocurrió a los dinosaurios en la teoría darwinista. La reflexión es si su empresa está preparada para esta nueva economía y en un siguiente artículo, compartiremos nuestras perspectivas de cómo desarrollar las capacidades necesarias para sobrevivir.

1 comentario:

  1. Diego. Un escrito muy interesante pare releer y profundizar. Respecto a lo siguiente "hoy más bien pensamos en que en adición a ello, debemos buscar el bien común, incluyendo el de los colaboradores, y en general el de la sociedad de la que la empresa se ha nutrido.", no sé si con los recientes cambios políticos en el mundo y las grandes compañías "arrodillándose" para complacer a los dirigentes (e.g., Meta, Google, Amazon, Apple con respecto a Trump), el enfoque hacia la "búsqueda del bien común" disminuya a cambio de favorecer aún más a una oligarquía más y más poderosa. En qué quedaron los movimientos de "me 2", "black lives matter", "DEI - Diversity/Equality/Inclusion", "climate Change", etc.

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